Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA GENERAL DE LAS COSAS DE LA NUEVA ESPAÑA, I



Comentario

Capítulo veinte y cinco


Del catorzeno signo, llamado ce itzcuintli y de su próspera ventura. Este dezían ser el signo del dios del fuego, llamado Xiuhtecutli o Tlalxictentica. En este signo los señores y principales hazían gran fiesta a este dios. Y en este signo los señores y principales que eran elegidos para regir la república hazían la fiesta de su elección

Al catorzeno signo llamavan ce itzcuintli. Este signo dezían que era bien afortunado. En este signo reinava el dios del fuego, llamado Xiuhtecutli, y por esso sacavan su imagen en público [a]l cu. Y delante de ella ofrecían codornizes y otras cosas, y componíanla con sus ornamentos de papeles que le cortavan los maestros, que eran oficiales de cortar papeles para este negocio; y ponían plumas ricas en los papeles y también chalchihuites, y le ofrecían muchas maneras de comidas y las echavan en el fuego. Y toda la gente rica y mercaderes, en sus casas, hazían estas ofrendas al fuego y davan de comer y bever a sus combidados y vezinos; y cerca de la mañana quemavan las ofrendas de papel y copal. Dezían que con estas cosas davan de comer al fuego; y descabeçavan codornizes cabe el fuego y derramavan la sangre, y las codornizes andavan reboleando cerca el hogar, y también derramavan el pulcre en derredor del hogar, y después a las cuatro esquinas del hogar derramavan el pulcre. Los pobres ofrecían un encienso que llaman copalxalli en su mismo hogar, y los muy pobres ofrecían una yerva molida que se llama yauhtli en sus mismos hogares.

Dezían también que los señores que acontecía ser electos en este signo que serían felices en su oficio. Y luego hazían gran combite a los señores de la comarca, y el combite començava en la cuarta casa de este signo naui ácatl. Todos los combidados venían este día a dar la norabuena al señor y le traían algún presente, y le hazían un razonamiento muy elegante y muy honroso. Y él estava asentado en su trono y todos sus principales estavan asentados por su orden. En acabando la oración que le hazía el orador, luego se levantava otro orador por parte del mismo señor y hazía otra oración responsiva al propósito de lo que havía dicho aquel orador primero. Y cuando hazía la fiesta este señor electo, dava muchas mantas y maxtles ricos a los mesmos señores que havían venido; de manera que más cargados ivan de lo que recebían de él, que no havían venido de lo que havían traído. Las mantas que dava el señor eran todas preciosas, hechas en su casa, y texidas o labradas de diversas maneras conforme a las personas a quien se havían de dar. También les dava mucha abundancia de comidas, y ivan cargados de las sobras para sus casas.